6 Libros clásicos que todo el mundo debería leer
Hay un gran debate sobre lo que hace que ciertos libros sean «clásicos» – ¿es la longevidad, la popularidad, el mérito literario o todo lo anterior? ¿Son todos los libros que vemos como «clásicos» merecedores de ese título? ¿Deberían algunos libros menos conocidos ser considerados «clásicos» en su lugar?
No hay respuestas fáciles a estas preguntas, y las opiniones sobre qué libros clásicos deberían ser leídos por todos siempre variarán. A continuación se enumeran una variedad de libros que, sin embargo, son un buen punto de partida, que abarcan la literatura de una serie de períodos de tiempo y géneros.
- Metamorfosis (8 d.C.) – Ovidio (traducido por David Raeburn)
Este irresistible poema épico tiene una estructura inusual: está compuesto por una serie de historias cortas, vinculadas por el tema de la transformación, que fluyen sin problemas entre sí.
David Raeburn lo ha traducido en verso hexamétrico, reflejando el ritmo del latín original. Lejos de ser seco y polvoriento, es emocionante, impredecible y a menudo chocante, ya que los dioses celosos se vengan de los mortales y las relaciones amorosas toman oscuros giros.
Una vez que lo hayas leído, tendrás la ventaja añadida de poder entender las alusiones clásicas en textos más modernos.
- Hamlet (c. 1599-1601) – William Shakespeare
Considerada por muchos como la mejor obra de Shakespeare, Hamlet es una triste y retorcida tragedia sobre un príncipe danés que se dispone a matar a su tío, espoleado por el fantasma de su padre.
Pretende estar loco para superar las sospechas, pero pronto los límites entre la realidad y la ficción se desdibujan cuando empieza a perder el control de la realidad.
Es el original thriller psicológico y ha inspirado una gran cantidad de respuestas – una vez que hayas leído el libro, ¿por qué no comparar las diferentes adaptaciones cinematográficas protagonizadas por Mel Gibson, Kenneth Branagh y David Tennant?
- Orgullo y Prejuicio (1813) – Jane Austen
Orgullo y Prejuicio es mucho más que una historia de amor: es una comedia familiar, una sátira sobre la sociedad de la Regencia y un cuento moral que nos enseña a no juzgar a los demás demasiado rápido.
Su estrella es Elizabeth Bennet, cuyo rápido ingenio y ardiente personalidad la convierten en algo más que una pareja para el melancólico y sarcástico, pero a la larga bondadoso, Mr Darcy. También hay varios personajes secundarios memorables, incluyendo al rastrero vicario Mr Collins y la emocional y obsesionada madre de Lizzy, Mrs Bennet.
- Jane Eyre (1847) – Charlotte Brontë
En Jane Eyre vemos cómo el personaje titular pasa de ser un huérfano sencillo y tímido a una joven testaruda y con principios que se enamora de su patrón, el Sr. Rochester, pero que no le permite comprometer su independencia.
En su búsqueda de estabilidad y felicidad, se encuentra con la pobreza, la pérdida de seres queridos y ruidos misteriosos que provienen del ático de la mansión del Sr. Rochester…
- Cumbres borrascosas (1847) – Emily Brontë
La compleja novela con sabor a gótico de Emily Brontë es una interesante compañera para la más directa y romántica Jane Eyre de su hermana.
En Cumbres borrascosas, Cathy y Heathcliff, amigos de la infancia, están separados por la clase y sus propias decisiones cuestionables; sin embargo, su pasión por el otro es algo que literalmente nunca muere.
Es una historia de deseo, pero también de los efectos dañinos del abuso y el aislamiento en los niños.
- Grandes expectativas (1860-1) – Charles Dickens
Cualquiera de las novelas de Charles Dickens le dará una idea de su talento para crear personajes locos y su compasión por los pobres, pero Grandes expectativas es quizás la más universalmente amada de todas.
Cuenta la historia de Pip, quien, después de ayudar a un convicto fugado en los pantanos y de trabajar como compañero de la aterradora e ilusa señorita Havisham, se le dice que alimente «grandes expectativas» para su futuro.
Criado desde la pobreza para vivir la opulenta vida de una socialista londinense, espera ganarse la mano de la desdeñosa Estella pero se da cuenta de que las cosas que pensaba que le traerían felicidad no son nada comparadas con la familia que ha dejado atrás.
Como pueden ver, no hay una sola característica que defina un libro clásico. No todos están escritos por británicos blancos muertos hace tiempo, son simplemente grandes historias que han resistido el paso del tiempo y que todo el mundo puede leer y disfrutar.